Introito (4 Esdr., 2). -Concededles, Señor, el descanso eterno, y la luz perpetua los alumbre. -(Ps. 64) A Vos, ¡oh Dios! es debido un himno en Sión, y se presentarán votos en Jerusalén: oíd mi oración; a Vos vendrá toda carne. Concededles, Señor...
Oración. -¡Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles!: conceded a las almas de vuestros siervos y siervas la remisión de todos sus pecados; a fin de que, mediante estos piadosos ruegos, obtengan la misericordia por la que siempre anhelaron: Vos que vivís y reináis.
Evangelio (Joh., 5, 25-29).
En aquel tiempo: Dijo Jesús a las turbas de los judíos: En verdad, en verdad os digo que viene el tiempo, y estamos ya en él, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y aquellos que la escucharen revivirán. Por que así como el Padre tiene en sí mismo la vida, así también ha dado al Hijo el tener la vida en sí mismo; y le ha dado la potestad de juzgar, en cuanto es Hijo de hombre. No tenéis que admiraros de esto, pues vendrá tiempo en que todos los que están en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios, y saldrán los que hicieron buenas obras, a resucitar para la vida eterna; pero los que las hicieron malas resucitarán para el juicio.
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